CUANDO NO RECORDAMOS LO QUE NOS PASA, NOS PUEDE SUCEDER LA MISMA COSA
Este recorrido busca permitir que la música transmita mucho más que melodía: busca que nos comunique, con nuestro pasado reciente, con nuestra historia última.
Cada época ha tenido expresiones musicales propias: canciones que nos recuerdan tal época, o tal situación.
También la nuestra.
Pero el principal objetivo de esta invitación a la reflexión lo expresa también el tema que enmarca este trabajo: quien quiera oír, que oiga.
Así como muchas veces no vemos lo que queremos ver, con nuestros ojos físicos, también con nuestra mente ”seleccionamos” lo que recordamos, lo que tenemos en cuenta, lo que desechamos.
Los desaparecidos de la dictadura, los muertos por enfermedades curables en nuestro país, los desnutridos, los jubilados muertos en la indigencia, los muertos de Cromagnon… y tantos otros, nos gritan, nos interpelan… No podemos dejar que esto nos pase de nuevo.
Mientras haya voluntad de cambio, solidaridad, fidelidad a los ideales, grandeza de corazón, habrá esperanza. Pero a la esperanza hay que ponerla en marcha: hay que imprimirle pasión, compromiso.
Nos merecemos un mundo mejor. Nuestros hijos, nuestros jóvenes lo merecen.
O JUREMOS CON GLORIA MORIR.
Este recorrido busca permitir que la música transmita mucho más que melodía: busca que nos comunique, con nuestro pasado reciente, con nuestra historia última.
Cada época ha tenido expresiones musicales propias: canciones que nos recuerdan tal época, o tal situación.
También la nuestra.
Pero el principal objetivo de esta invitación a la reflexión lo expresa también el tema que enmarca este trabajo: quien quiera oír, que oiga.
Así como muchas veces no vemos lo que queremos ver, con nuestros ojos físicos, también con nuestra mente ”seleccionamos” lo que recordamos, lo que tenemos en cuenta, lo que desechamos.
Los desaparecidos de la dictadura, los muertos por enfermedades curables en nuestro país, los desnutridos, los jubilados muertos en la indigencia, los muertos de Cromagnon… y tantos otros, nos gritan, nos interpelan… No podemos dejar que esto nos pase de nuevo.
Mientras haya voluntad de cambio, solidaridad, fidelidad a los ideales, grandeza de corazón, habrá esperanza. Pero a la esperanza hay que ponerla en marcha: hay que imprimirle pasión, compromiso.
Nos merecemos un mundo mejor. Nuestros hijos, nuestros jóvenes lo merecen.
O JUREMOS CON GLORIA MORIR.
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